30 de noviembre de 2020

El poder de Al-Andalus, para los Andalusíes

Por Mario Villén

 

    Cuando hablamos del emirato nazarí de Granada parece que nos referimos a una breve coletilla final de al-Andalus, un periodo sin la importancia y el empaque de otros como el del califato omeya. Sin embargo, se trata del periodo más dilatado, extendiéndose durante más de dos siglos y medio, más que el emirato y el califato de Córdoba juntos. 
 

 
    Este Estado musulmán nace de los restos del naufragio de los almohades en la península. Tras su derrota en las Navas de Tolosa, en 1212, los africanos se retiran paulatinamente de al-Andalus y surgen diferentes intentos por formar un Estado sólido de base andalusí. A este periodo se le conoce como terceras taifas. En Levante, en Niebla, en Murcia, brotan emires que controlan importantes territorios, pero sobre todos ellos se acabará imponiendo Ibn al-Ahmar, que fundará un emirato sólido y fuerte, y una dinastía, la nazarí, con sede definitiva en Granada. 
 
    Si analizamos la historia de al-Andalus, los periodos taifas se caracterizan por una serie de poderes autóctonos que se relacionan entre sí, y con los reinos cristianos, desde un punto de vista puramente político. De esta manera, podemos ver a una taifa que se alía con un reino cristiano contra otra taifa, o viceversa. La invasión de los almorávides y, posteriormente, de los almohades, supone un cambio en esta situación. La división se hace radicalmente religiosa. En al-Andalus se producen conversiones forzosas, expulsiones masivas de infieles, y se establece una única frontera que separa a cristianos de musulmanes. Como dato curioso, hasta esta época, la población de Córdoba era mayoritariamente cristiana. La respuesta del norte no se hace esperar: surgen las órdenes religiosas, que vigilan la frontera, y los reyes se concentran en su esfuerzo bélico contra estos imperios africanos, que comienzan a invadir sus tierras. Estas tensiones desembocan en importantes batallas como las de Alarcos y las Navas de Tolosa. 
 
    La retirada de los almohades de la península representa un retorno al poder musulmán autóctono, y con él, una vuelta a las relaciones entre reinos desde un punto de vista más político que religioso. Con sus luces y sus sombras, con enfrentamientos puntuales y largos periodos de paz, la etapa del emirato nazarí de Granada supone un mutuo entendimiento y un respeto a dos bandas. 
 

 
    La excepcionalidad de Ibn al-Ahmar como fundador de este emirato y de su propia dinastía reside en su extrema habilidad política, estratégica e incluso bélica, que lo llevaron a conseguir un pacto con Castilla que, en la práctica, supuso la supervivencia de Granada durante más de dos siglos y medio. La toma de Jaén fue la ocasión idónea para ese pacto de vasallaje que unió el destino del emirato al de Castilla. Los nazaríes entregaban Jaén, se comprometían a pagar parias a Castilla y a auxiliarla y aconsejarla cuando ésta lo requiriera. A cambio obtenían el reconocimiento como Estado, una frontera estable y, lo más importante, una paz duradera amparada por la protección de Castilla. 
 
    Toda esta historia, así como la de Fernando III, antagonista de Ibn al-Ahmar, se cuenta en “Nazarí”, una novela con la que pretendo arrojar luz sobre una etapa transicional de nuestra historia que ha sido tradicionalmente ignorada por la historiografía. 
 


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Mario Villén 
 

El Madrid medieval. Homenaje a José Manuel Castellanos Oñate

Por Eduardo Valero García 

 

    Las V Jornadas madrileñas de novela histórica recorren Madrid desde Complutum hasta el siglo XX. La sección correspondiente al Madrid Medieval no puede estar mejor representada que por José Manuel Castellanos Oñate, uno de sus más relevantes y activos investigadores.

José Manuel Castellanos Oñate durante su conferencia Las murallas medievales de Madrid: Paseo virtual, impartida en la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País el 21 de octubre de 2019 (Fotografía: Andrés Molina González)

    Castellanos Oñate, Licenciado en Arquitectura, profesor de Enseñanza secundaria, es especialista en investigación y documentación de la historia medieval de esta villa matritense. Sus trabajos han sido publicados en revistas de historia, en los Cuadernos Medievales (Universidad Nacional de Mar del Plata. República Argentina) y en los Anales del Instituto de Estudios Madrileños, entre otras publicaciones. Además, ha participado en conferencias y rutas guiadas.

Ruta guiada por el Madrid medieval junto a miembros del grupo Historias matritenses. De iquierda a derecha: Belén Montilla, Malele Caro, Eduardo Valero y Nieves Vidal.

    Hombre tranquilo, sencillo y amabilísimo, viene ofreciendo sus conocimientos desde hace años a través de una importante variedad de libros y artículos que muestran aquel Mayrit casi desaparecido; ese Madrid del que en ocasiones aparecen vestigios al horadar el suelo la piqueta municipal o privada. Es en esos momentos cuando el “maestro” del medievo madrileño lucha por la conservación y señalización de los elementos arquitectónicos resurgentes de la primitiva ciudad. En esta tarea de defensa del patrimonio le acompañan, entre otros, los miembros de La Gatera de la Villa, emblemática revista online dedicada a temas madrileños. 

    Algunos de los libros de José Manuel comparten autoría con la conocidísima investigadora Isabel Gea Ortigas, y con las excelentes ilustraciones de Pedro López Carcelén. Pero otros, de única autoría, son indispensables para conocer no sólo los orígenes de la ciudad sino también de los madrileños de antes; me refiero a su obra 40 Linajes Madrileños, libro editado en 2017 por la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía y el Real Cuerpo de la Nobleza de Madrid. 

    Su labor incesante de investigación suma excelentes recreaciones, minuciosas y exactas, sobre edificios desaparecidos; es el caso de la primitiva mezquita, después iglesia, de Santa María de la Almudena. 

    Muchos de estos conocimientos están al alcance del lector en su blog El Madrid Medieval, su canal de YouTube y también desde su página personal de Facebook. 

    Antes le definía como un hombre tranquilo, sencillo y amabilísimo, ahora añado su modestia, porque siendo tan versado en la materia, jamás dará muestra de ello sino a través de su obra; cualidad ausente en estos tiempos de autovaloraciones tan rimbombantes como las de “experto”, “el que más sabe de…” y otras medallas que poco lucen. Para muestra, estas palabras suyas escritas en Memorias medievales de Madrid (2013): 

Cuando Madrid me propuso que yo escribiese, a su dictado, unas memorias medievales que tenía intención de sacar a la luz, me sentí halagado. Yo carecía de méritos suficientes para tal encargo, pues no creo que unos pocos cientos de páginas publicadas fuesen credencial bastante para merecer la confianza que mi villa me brindaba. Supongo que lo hizo, simplemente, por poner la empresa en manos de alguien lo bastante inexperto como para que no se atreviese a corregirle la plana en sus recuerdos. A pesar de todo, acepté encantado. Lo que a continuación podéis leer es el relato, palabra por palabra, que Madrid me dictó y que yo, fiel notario, os traigo aquí sin añadido ni enmienda. Mi trabajo, largo pero entrañable, acabó con el último punto final de estas páginas. Ahora que las tenéis delante -yo echo de menos, sin embargo, la gracia y la pasión con que Madrid las desgranaba-, permitid que os las recomiende encarecidamente. 

    Y parece que Madrid continúa animándole en esa apasionante tarea de rescatar su historia y de quienes formaron parte de ella. Así es que su última aventura -porque aventura es para un investigador ir más allá de lo historiado-, ahonda en la historia y andanzas de la capilla de Santa Ana, de la iglesia de Santa María. 

    Castellanos Oñate, inmerso en antiguos papeles de archivos, ha seguido la pista de la capilla hasta conseguir llegar al lugar donde están enterrados sus fundadores, Juan de Vozmediano y Juana de Barros, en la Sacramental de Santa María. Ya no existen las lápidas, pero el incansable y riguroso investigador localizó el punto aproximado bajo el cual reposan sus restos. Dicho así, tal y como me lo contó el protagonista del hallazgo, resulta emocionante.

    Para la Asociación Verdeviento, y para quien suscribe, poder rendir en las presentes Jornadas un homenaje a José Manuel Castellanos Oñate representa un gran honor, además del justo reconocimiento y muestra de agradecimiento por la valiosa obra que nos ofrece.

José Manuel Castellanos junto a miembros de La Gatera de la Villa y de la Asociación Verdeviento brindando en 2017 (De izquierda a derecha: Mario Sánchez Cachero, Eduardo Valero, Pablo Aguilera y Carolina Molina. (Fotografía: un camarero de El Madroño)

 

Os invitamos a conocer y disfrutar del trabajo de Castellanos Oñate a través de los siguientes enlaces a sus publicaciones. Para acceder, clicar sobre las imágenes. 

 

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Alcalá de Henares. La Complutum romana. Por Esperanza Varo (Segunda parte)

 

Segunda parte: La alimentación - Circulación en las calles - Impartir justicia - La higiene y el aseo - La laandería-tintorería (Fullonica) - Los jardines - Culto a los dioses - La noche en la ciudad - Economía - Sociedad - Cultura y mentalidad - Ciudad de los muertos.
 

LA ALIMENTACIÓN 

    La comida, además de ser una necesidad para sobrevivir, en las familias más importantes era también un acto social donde se servían refinadas y elaboradas recetas. En la mañana se tomaba un desayuno fuerte, el ientáculum (pan, galletas, queso, huevos, miel, aceitunas o fruta); al mediodía el prándium, un pequeño almuerzo (sopa de legumbres, verduras en vinagre, un pedazo de queso, carnes embutidas, un poco de pan y fruta seca), y al atardecer la comida principal, la cena. Para las clases populares la comida principal estaría compuesta por unas gachas, las puls (harina de cereal, agua, sal y grasa) y para las clases más ricas, un menú compuesto de varios platos: una entrada o gustatio (abundantes entradas con salsas y vino con miel), un plato fuerte, o primae mensae (platos de carne y pescado) y por último un postre o secundae mensae, compuesto por frutas, dulces o piezas saladas como embutidos o quesos. A veces la cena se terminaba con la comissatio: brindis a base de bebidas alcohólicas. 

 

CIRCULACION EN LAS CALLES 

Ilustración propiedad del Ayto. de Alcalá de Henares

    Las calles de nuestros pueblos y ciudades siguen el modelo empleado por ellos. Las calles de las ciudades romanas tenían el pavimento empedrado, y a cada lado amplias aceras para los peatones. Los romanos construyeron las aceras de mayor altura que la calzada para impedir que los vehículos las invadieran y atropellaran a los peatones. 

    Por las vías circulaban palanquines con sus porteadores, y los carros tirados por bueyes y mulas con las mercancías con que abastecían a las tiendas o tabernae de los pórticos. 

    Los pórticos constituían un detalle de buena arquitectura reservados al tránsito de los peatones, propiciaban la vida en la calle, protegían de la lluvia y del frío en invierno y del calor asfixiante en verano. Esta costumbre urbanística de los romanos continuará en la Edad Media, y en España dará lugar a las características calles y plazas soportadas. 

    Otro elemento muy importante de la arquitectura urbana eran las cloacas. No pueden verse porque corrían bajo las calles, y servían para recoger las aguas residuales, fecales o pluviales y llevarlas fuera de la ciudad. Esto fue una de las grandes aportaciones de la cultura grecorromana a la vida urbana, y sirvió para mejorar mucho la salud de sus habitantes.

Ilustración propiedad del Ayto. de Alcalá de Henares

    En Complutum se trazaron 15 decumanos (calles con orientación este-oeste) y 16 cardos (calles con orientación norte-sur), ocupando una extensión aproximada de 48 hectáreas que llegó a albergar a una población estimada entre los 10.000 y los 15.000 habitantes, en su época de apogeo, antes de la crisis del siglo III d.C. Como en casi todas las ciudades romanas, dos ejes dominaban Complutum como avenidas principales: el Cardo Máximo y el Decumano Máximo, en cuyo cruce o en sus inmediaciones, se levantaban el Foro, las zonas comerciales, los principales edificios públicos y religiosos y las casas de los ciudadanos más importantes.

    El Decumano Máximo es en el caso de Complutum la calle más importante, porque coincidía con la vía que procedente de Emerita Augusta (Mérida) y Toletum (Toledo), se dirigía a Caesar Augusta (Zaragoza), siendo la principal vía de la ciudad.

Ilustración propiedad del Ayto. de Alcalá de Henares

    Se entraba a la ciudad por la puerta occidental. Los viajeros se encontraban una fuente donde se veneraba a las ninfas y a la diosa Diana, y que ha llegado a nuestros días conocida como "Fuente del Juncal". En el extremo sur del Cardo Máximo, en la ribera del Henares, otra fuente, la llamada de la “Salud”, desempeñaba una función parecida. Esta fuente estaba ubicada en lo que por entonces era un pequeño puerto fluvial, usado para el trasporte hasta Complutum de las mercancías procedentes de las explotaciones agrarias cercanas en las confluencias del Jarama a lo largo del valle del Henares. 

 

IMPARTIR JUSTICIA 

Ilustración propiedad del Ayto. de Alcalá de Henares

    Los juicios se impartían en la basílica, eran públicos, por lo que la basílica siempre estaba muy concurrida. En el Imperio Romano las ciudades gozaban de un alto nivel de autogobierno, pero la impartición de la justicia, que ellos consideraban un pilar de su civilización, era uno de los elementos que se reservaba para sí mismo el poder central de Roma. En épocas antiguas los poderes del juez se atribuían a los pretores, pero con la enorme expansión del Imperio y las progresivas reformas, había magistrados específicos (los prefectos) designados para impartir la ley en provincias y en ciudades de rango medio. El procedimiento judicial de los romanos era básicamente muy parecido al actual: además del prefecto que actuaba como juez, existían unos secretarios que tomaban nota de lo que ocurría y dejaban por escrito la sentencia que luego se colgaba físicamente en la pared. Había un abogado defensor, un abogado acusador, hombres armados para mantener el orden, y por supuesto estaba el reo. Había turnos de palabra que se medían con un reloj de agua (clepsidra). 

    La Basílica en Complutum fue construida en época del emperador Claudio, entre los años 50 y 60 d.C. y reconstruida a finales del siglo III d.C. Era una especie de juzgado que en Complutum incorporaba también una serie de salas para reuniones con el fin de cubrir necesidades de la administración pública y el gobierno de la ciudad. Se localiza en un lugar fundamental dentro del trazado urbano, junto al foro y otros edificios públicos como unas termas, el cuadripórtico o el auguraculum. Las basílicas eran edificios muy reconocibles en todo el mundo romano. Solían consistir en una nave principal, rodeada de un pasillo de naves paralelas, dentro se instalaban los tribunales de justicia. También, en ocasiones, podían tener más funciones aparte de la judicial, por ejemplo, ser un centro para negocios.

Fotografías propiedad del Ayto. de Alcalá de Henares


 LA HIGIENE Y EL ASEO 

Fotografías propiedad del Ayto. de Alcalá de Henares

 y fotografía del Ayto. de Alcalá de Henares El paso por las termas se convirtió en una exigencia diaria que regulaba el ritmo vital de las jornadas vespertinas de los romanos. Sobre las cinco de la tarde todos los romanos, sin importar la clase o estatus social, abandonaban sus quehaceres y acudían al unísono hacia las magníficas y esplendorosas estancias reservadas para la higiene y el placer del cuerpo y el espíritu. 

Ilustración propiedad de Carlos Fernández del Castillo
    Hombres y mujeres por igual, acudían en busca del baño en sus distintas modalidades. Los edificios termales no sólo estaban dedicados a la higiene corporal, también servían para pasar el tiempo libre. Eran unos lugares ruidosos y activos. 

El protocolo del baño debía ser complejo y muy variable, aunque sabemos que, en general, algunos médicos recomendaban una secuencia básica templado-caliente-frío, que se intercalaría con ejercicio físico, masajes, sauna, etc. 

    Las termas en Complutum fueron transformadas en curia a finales del siglo III d.C.; son tres conjuntos termales (por lo menos), baños públicos donde acudían todos los complutenses. 

 

LAVANDERÍA- TINTOTERÍA (FULLONICA) 

Ilustración propiedad del Ayto. de Alcalá de Henares

    Es un negocio donde se lavaba y cuidaba la ropa de los complutenses que instalan fuera de la ciudad para evitar el olor de su principal materia prima, la orina. 

 

LOS JARDINES 

Ilustración perteneciente al Ayto. de Alcalá de Henares

    Los romanos eran grandes aficionados a los jardines, la naturaleza cultivada y ordenada para su disfrute. Incluso existía el oficio especializado de cultivar los jardines y al esclavo que lo realizaba que se le llamaba topiarius (jardinero). Había jardines privados, en las casas, pero también grandes jardines a modo de parques públicos. 

    En Complutum había paseos, estructuras semicirculares a modo de bancos corridos para sentarse y reunirse, además de pequeños estanques o fuentes al exterior. Contaba con especies autóctonas, pinos, encinas…., pero también abundaban las especies exóticas, palmitos, jazmines, cedros y varias plantas de flor, como las liliáceas (especie de pequeños claveles). Estas especies son meridionales u orientales (en la Antigüedad, por ejemplo, el cedro representaba a las regiones del Levante del Mediterráneo), y debieron suponer complejas operaciones de jardinería para adquirirlas en lugares alejados e implantarlas con vida en Complutum. 

 

CULTO A LOS DIOSES 

Fotografía propiedad del Ayto. de Alcalá de Henares

    El dios romano más frecuente en Complutum parece ser Marte. El culto a las divinidades menores, como las Ninfas y los Lares, es muy bien acogido desde el principio por los indígenas, que encuentran mayor facilidad en asociarlas a sus dio¬ses, y las aceptan mejor que a las divinidades de la religión oficial. En Alcalá de Henares hay un siervo, Attalus, perteneciente a la familia de los Cornelii, que dedica una inscripción a las Ninfas a principios del Imperio. Este caso, como las otras dedicaciones a las Ninfas, son probablemente la continuación de un culto indígena, asociado muy pronto al romano. El conjunto de las dedicaciones de Complutum y su zona cercana nos aporta los nombres de varias divinidades romanas, siete concretamente, y, en cambio, ningún testimonio de dioses indígenas, de lo que se deduce un alto grado de romanización. En Complutum, como en el resto de provincias romanas, se adora a Júpiter, Juno y Minerva, a Mercurio, muy especialmente a Hércules, a Baco, Diana y Marte. 

    En muchos lugares del imperio se potenciaba el culto a la diosa Diana, se preparaban festines y procesiones por sus festividades, y en ellas se paseaban estatuas por la ciudad, se cantaba y se bailaba. El festival dedicado a la diosa Diana tenía lugar el 15 de agosto. El festival era una celebración muy compleja que tenía lugar durante tres días, y donde se celebraban rituales muy precisos. La procesión era dirigida por una sacerdotisa y requería una exhaustiva preparación. 

AUGURACULUM 
    A este edificio lo denominaron así porque encontraron una gallina enterrada dentro del edificio; sin embargo, no es seguro que se dedicara a esa actividad, puesto que es un pórtico que está cerrado y los augures necesitaban una zona que estuviera abierta; quizás podrían ser las estancias privadas de los augures, en las que atenderían al público. Los augures usaban gallinas sagradas para predecir o augurar el destino o futuro inmediato, que era fundamental para programar la vida de los ciudadanos y la misma actividad pública. Se han encontrado dos pozos de ofrendas y seis pequeños depósitos de sacrificio con restos de ofrendas. 

 

LA NOCHE EN LA CIUDAD

Fotografía propiedad del Ayto de Alcalá de Henares

    Cuando tenían que moverse por la ciudad después de la caída del sol, los romanos tenían que llevar linternas, unas lámparas de mano de bronce que incorporaban un pequeño depósito de aceite, que era el combustible universalmente utilizado para iluminar, aunque a veces también se utilizaban las velas de cera de abeja y el sebo. Algunas tabernas, incluso algunos edificios significativos, seguramente la mayoría de los sitios religiosos podían tener iluminación nocturna, pero no existía una iluminación generalizada. Por tanto, moverse por la ciudad de noche era complicado, y en algunos sitios, hasta peligroso. 

 

ECONOMÍA 


    La economía de Complutum giraba en torno a la agricultura que estaba vinculada a la explotación agrícola de las márgenes del río Henares; la ganadería y el comercio. Con respecto al comercio hay que decir que una parte importante del mismo se realizaba por vía fluvial, ya que era un medio de transporte rápido y menos costoso que el terrestre. Complutum desarrolló una importante actividad comercial, en base a su buena localización dentro de la red viaria romana que atravesaba la Meseta. 

Ilustración perteneciente al Ayto. de Alcalá de Henares
    Parece que el intercambio de artículos de primera necesidad: trigo, lanas, vinos, etc. fue más importante que el de artículos de lujo. Sería especialmente relevante el comercio de productos desde la costa mediterránea hacia el interior. 

    Se constatan la existencia en las afueras de Complutum de una serie de explotaciones de carácter agrícola (villae), que se inician en época altoimperial y que tendrían su mayor auge en los siglos IV y V d.C. 

    Un ejemplo de este tipo de villae serían: 

- LA VILLA DEL VAL, situada en las afueras de la ciudad, parece ser que abastecía de productos agrícolas y ganaderos, y donde se criaban caballos para los grandes espectáculos de los circos de muchas ciudades del Imperio. Destaca en ella el “mosaico del auriga”. 

- VILLA DE LA MAGDALENA, donde se fabricaban las tejas para los edificios de la urbe.

 

SOCIEDAD 

    Desde el momento en que Complutum entra de lleno en la órbita romana, debieron llegar a la ciudad familias de otros puntos que, en los casos en que poseyeran una fortuna considerable, se convertirían en la más alta élite local, y ocuparían las magistraturas al cambiar el status jurídico. Desde fecha temprana, hay constancia de familias con nomina y cognomina importantes dentro de Complutum. Estos grupos familiares se completan en ocasiones con los libertos, cuyos nombres, en muchos casos, demuestran quién ha sido su antiguo patrono. Los Caecilii, Aemilii, Valerii, Iulii, Cornelii, Licinii y Nonii están presentes y suficientemente documentados en Complutum desde los primeros momentos del Imperio. En algunos casos, se trata de individuos con nombres plenamente romanos, y otros son personas con nomen romano y cognomen indígena o griego. Las familias más acomodadas, al producirse el cambio jurídico, se encuentran en una situación inmejorable para ocupar las magistraturas e integrar el ordo decurionum. Si la epigrafía ha permitido conocer algunas de las familias que en los primeros siglos del Imperio formaron la élite municipal complutense, también nos sirve para documentar la composición social de parte de la población, como son los libertos y esclavos de la ciudad. 

Los libertos forman un nutrido grupo en relación con las más importantes familias a las que han servido antes como esclavos. La fidelidad y reconocimiento de muchos libertos ante los antiguos patronos permite ahora conocer, no sólo su condición social, sino la posición que alcanzaron algunos de estos individuos libertos, lo que les permitió incluso tener sus propios sirvientes. Queda documentada la promoción social de algunos de estos libertos, como es el caso de L. Iulius Secundus, cuya dedicación al Panteón Augusto indica que llegó a sevir augustal, lo cual además puede dar idea de que detrás de este honor había una fortuna personal. 

Esclavos. El número de esclavos representados en las inscripciones no es elevado, pero los pone en relación con determinadas importantes familias a las que consta que pertenecían (Aemilii, Cornelii) 

Extranjeros. Complutum debió convertirse muy pronto en lugar de atracción para individuos de otros lugares, especialmente de aquéllos que por sus actividades pudieran sacar provecho de la vida de la ciudad. Los individuos que especifican su origen no complutense en las inscripciones abarcan un período de algo más de un siglo. El testimonio más antiguo es del siglo I d.C.; se trata de Valerius Valerianus, segontino, muerto a los 22 años. En el siglo II d.C. hay varios casos de inmigrantes; uno de ellos parece ser Fanius Caecilius Polychronius, que figura en el epígrafe funerario de su liberto Caecilius Caecilianus a finales del siglo I d.C. Probablemente de esa misma época son también Licinius Iulianus y su madre Iulia, que llegaron a Complutum procedentes de Uxama, ciudad en la que están ampliamente documentados los Licinii. A finales del siglo II d.C., G. Annius y Magia Atia, quizá un matrimonio, estaban también en Complutum, a donde habían llegado procedentes de Clunia.

 

CULTURA Y MENTALIDAD 

Ilustración propiedad de Carlos Fernández del Castillo
    Se habla en latín, la lengua oficial de todas las partes del Imperio, pero los más cultos hablan, leen y escriben en griego, se paga en ases, sestercios y denarios, y se rige por las leyes romanas. 

    Los niños eran educados en el entorno familiar por sus madres hasta los siete años, ya que para los romanos la familia era el medio natural donde debían crecer y formarse. A partir de los siete años pasaban a la escuela, que en épocas del Imperio contaba ya con tres grados distintos: la educación primaria, frecuentada tanto por niños como por niñas, donde aprendían a leer y a escribir; la educación secundaria, mucho menos difundida, donde se aprendía la teoría gramatical, geografía y mitología, que también estaba al alcance de las mujeres; y finalmente la enseñanza superior, donde se enseñaba el arte de la oratoria. 

    Para el Imperio era muy importante la alfabetización de la población, ya que la escritura era su vía fundamental de propaganda. En la mayoría de las ciudades medianas, como es el caso de Complutum, no se conocen con precisión los sitios donde se desarrollaría la formación de los niños y jóvenes. En cualquier caso, parece que en la mayoría de las ocasiones los romanos no tenían colegios con aulas, como ocurre en la actualidad, sino que gran parte de la formación era peripatética, es decir se impartía paseando en jardines o en espacios abiertos y agradables, aunque también quizá ocasionalmente en lugares cerrados. 

Ilustración perteneciente al Ayto. de Alcalá de Henares
 

    En Complutum se ha identificado un edificio que probablemente servía para desarrollar algún determinado tipo de educación: la llamada casa de Hippolytus que podría ser el lugar donde los niños que aún no han cumplido los doce años podrían haber recibido todos juntos, sin tener en cuenta el sexo, su formación en el cuadripórtico. Consistía en un gran patio central que estaba rodeado por cuatro pórticos (de ahí su nombre), de forma que cada pórtico daba acceso a una nave edificada. En él, el magister ludi enseñaría a los niños a leer sobre papiros, calcular sobre ábacos y a escribir con los stilos sus primeras letras, que ensayarían sobre sus tabletas de cera.

 

CIUDAD DE LOS MUERTOS 

    Los accesos a la ciudad de Complutum estaban rodeados por áreas funerarias. En ellas se entremezclaban grandes mausoleos, propios de familias acaudaladas, con enterramientos más modestos, coronados tan solo con estelas y lápidas. Estas necrópolis solían estar distribuidas siguiendo la alineación de las calzadas que llegaban hasta las ciudades. El Área Funeraria de Las Matillas se localizó al Oeste de la ciudad de Complutum, cerca del tetrapylon y las fuentes de la ciudad. 

    La necrópolis de Las Matillas formaba parte de un ámbito funerario más amplio, el denominado ‘paisaje sagrado’ que se extendía hacia el Oeste y el Sur, hasta unirse con el área sagrada del mausoleo de los Annios y la zona de El Juncal.

 

Esperanza Varo
 
 

Alcalá de Henares. La Complutum romana. Por Esperanza Varo (Primera parte)

Primera parte: Divulgadores de la historia - Ab Urbe Condita - Puente de Alcántara - Una parte de nosotros es Roma - Alcalá de Henares. La Complutum romana - Vida cotidiana en Complutum - La familia - Las domus: La casa del atrio. La casa de los Grifos. - El Foro.

Segunda parte: La alimentación - Circulación en las calles - Impartir justicia - La higiene y el aseo - La laandería-tintorería (Fullonica) - Los jardines - Culto a los dioses - La noche en la ciudad - Economía - Sociedad - Cultura y mentalidad - Ciudad de los muertos.


    Antes de nada, quiero dar las gracias, en nombre de los miembros de Divulgadores de Historia y de los que hemos participado en la creación de la novela “Ab urbe condita, la Roma de la gens Valeria”, a las “V jornadas de novela histórica” por su invitación para nuestra participación. También quiero agradecer a la concejalía de Patrimonio Histórico del Excmo. Ayto. de Alcalá de Henares, por el permiso para usar las fotografías de su propiedad y el acceso a la información de Complutum y por último, a nivel personal, quiero agradecer a Maribel Bofill, Marco Almansa Fernández y Federico Romero Díaz por la documentación que me han aportado. 

 


 

DIVULGADORES DE LA HISTORIA 

   
    Divulgadores de la Historia es el origen del resto del proyecto, es el nexo de unión que tenemos todos, puesto que estamos repartidos por toda la geografía de España. La asociación nace de la idea de Federico Romero y Sergio Alejo. Este proyecto fue creciendo poco a poco, de forma que en la actualidad hay personas de muchos ámbitos: historiadores, periodistas, YouTuber, ilustradores, diseñadores gráficos Podcaster, empresas, recreadores… ya casi somos un centenar de miembros que tenemos en común la dedicación a la divulgación con varios objetivos: 
-Fomentar el rigor y el derecho a la propiedad intelectual. 
-Defender el patrimonio. 
-Hacer una divulgación de calidad de la historia de nuestra sociedad. 
-Integrar en una sola entidad a los múltiples actores dedicados, de una forma u otra, a esta labor de extensión del conocimiento de nuestro pasado, con el fin de hacer posible la colaboración entre ellos. 
    Dentro de este proyecto se originan nuevas ideas y colaboraciones que han llegado a hacerse realidad, son ejemplos: esta novela, la revista DHistórica o la iniciativa impulsada por esta asociación del Día de la Romanidad. 
 
    Todos los componentes tenemos en común nuestro gusto por la divulgación histórica. Para ser un divulgador de la historia hace falta: tener pasión por transmitir, disfrutar de la historia, estudiar, investigar y querer compartir los conocimientos y los que ha ido adquiriendo. En resumen, es necesario un conocimiento profundo de la materia y capacidad de comunicación. 
 

AB URBE CONDITA 

    Una de esas iniciativas de Divulgadores de la Historia es la creación de esta novela AB URBE CONDITA La Roma de la gens Valeria. La idea original es de Manuel Martínez Peinado, que fue apoyada y avalada por Divulgadores de la Historia, grupo al que pertenecemos todos los autores y respaldada, además, por “Día de la Romanidad”. 

    La novela tiene 14 autores. Todos ellos son consolidados divulgadores históricos. Siete de los autores son historiadores, la mayoría tiene uno o varios libros publicados y algunos de los escritores también tienen varios premios, como el HisLibris o la Isla de las Letras de Novela histórica. 


    Escribir esta novela y hacerlo entre tantos escritores fue difícil, porque requiere un trabajo de coordinación enorme. Se nombró a tres organizadores que fueron gestionando a los grupos: el escritor Manuel Martínez Peinado y los historiadores Sergio Alejo y Federico Romero Díaz, posteriormente pasó a manos de tres reconocidos divulgadores históricos de larga trayectoria, que supervisaron el aspecto más puramente literario de la novela: Lorenzo Gallardo, Javier Santamarta y José Luis Hernández Garvi. La novela ha sido apadrinada por León Arsenal que la ha prologado y ejercido las labores de agente literario; además, el resto del grupo ha participado activamente, tanto en la aportación de ideas, apoyo de documentación histórica, promoción, etc. 
 
    La novela está organizada en tres bloques: 
-Monarquía-República…. 6 capítulos. 
-Alto Imperio…………… 4 capítulos 
-Bajo Imperio…………… 4 capítulos 
    A pesar de ser historias independientes, siempre hemos buscado dar una impresión de unidad narrativa y eso ha sido difícil, pero se ha conseguido. Para que el libro tuviera una unión y no fueran un conjunto de relatos inconexos, usamos en cada capítulo dos elementos comunes:
 
-Gens Valeria 
Los Valerio contribuyeron a la construcción de la historia de Roma, pues estuvieron presentes desde los tiempos más remotos de la creación de la ciudad hasta el fin de su historia occidental. Lo que pretendemos con la elección de esta familia romana es que sea el agente conductor dentro de las distintas historias, y eso lo van a proporcionar las experiencias de los diferentes miembros de las ramas de la gens Valeria.
 
-Daltonismo acromático, la “mirada velada” que aparece en cada capítulo Fue elegido este defecto genético como otro de los nexos de unión que hace que la obra tenga un sentido de continuidad entre sus capítulos. Las personas que padecen el daltonismo acromático no son capaces de distinguir los colores y sólo pueden ver en blanco y negro. Se ha hecho un trabajo arduo para que la historia tenga un gran rigor. 
 

PUENTE DE ALCÁNTARA 

Fotografía de Wikipedia
 

    Este proyecto tiene un carácter benéfico, pues nuestro reto es ayudar a una acción de defensa del patrimonio y para ello se eligió el puente de Alcántara. Este puente tiene numerosos problemas, entre ellos está que sigue el tráfico rodado sobre el puente y su preocupante estado de deterioro. 

    La parte correspondiente a los autores irá íntegramente a la “Asociación Historia, Arte y Cultura de Alcántara”. Esta asociación lleva años embarcada en la denuncia del estado de abandono de uno de los símbolos de nuestra romanidad, el Puente de Alcántara. 

    El puente romano de Alcántara se construyó en la primera década del siglo II d.C. por el arquitecto Cayo Julio Lacer, para comunicar esa parte de Hispania con la Vía de la Plata y las vías que iban de Lisboa a Braga. Es un puente de seis arcos espectacular, construido como símbolo del poder de Roma en Hispania, con la finalidad de que sea eterno, como dice la inscripción del templete que tiene el puente, “destinado a durar por siempre en los siglos del mundo, lo hizo Cayo Julio Lacer, famoso por su divino arte…” 

 

UNA PARTE DE NOSOTROS ES ROMANA

Fotografías propiedad de Wikipedia, Andalucía.org y Esperanza Varo

    ¿Por qué hemos elegido a Roma como protagonista de nuestra novela? Hispania fue romanizada de norte a sur. En la actualidad, podemos contemplar su legado en buena parte de nuestra geografía y en nuestras costumbres. Esto hace que nos sintamos parte de ese legado que dejaron nuestros antepasados romanos. 

    Roma nos lega su idioma y su manera de concebir la vida social, levanta templos y monumentos, construye obras públicas y calzadas, transmite su derecho y organiza a la península ibérica a través de un sistema político-administrativo, tanto provincial como ciudadano. En suma, Hispania se identifica con Roma y fruto de ello se asemeja y emula a la cívitas, en definitiva, se civiliza. 

    Y si Roma crea a Hispania, la vida de ésta se funde inseparablemente con la de aquella. Voy a elegir de entre los múltiples restos de ciudades romanas que existen en nuestra geografía, una que se encuentra en el centro de la península y que puede servir de ejemplo de la forma de vida de cualquiera de las demás ciudades de la Hispania romana.

 

ALCALÁ DE HENARES. LA COMPLUTUM ROMANA

Fotografía propiedad del Ayto. de Alcalá de Henares

    En la península Ibérica, Roma había entrado en contacto con numerosos pueblos, concretamente, en la actual región de Madrid, con la carpetana, un grupo relacionado con los celtíberos. El éxito de Roma, además de en su fuerza militar, estaba en la aculturación, es decir en su capacidad de transmitir a los pueblos conquistados que era mejor apuntarse a la cultura romana, ser ellos mismos romano; puesto que una persona era romana, no por ser de Roma, sino por vivir en cualquiera de las regiones de su inmenso territorio y tener el estatuto jurídico de ciudadano romano. 

    Existen constancias arqueológicas de que en el siglo I a.C., época del emperador Augusto, había alguna población romana situada en el cerro del Viso que se encuentra ubicada enfrente de lo que actualmente es el yacimiento de Complutum. En este primer yacimiento se han hallado: varios edificios, un templo, un teatro… 

    A mediados del siglo I a.C. se trasladaría al lugar donde actualmente está ubicado el yacimiento de Complutum. Los motivos del cambio tendrían que ver con la nueva red viaria, aunque, la importancia del agua sería también determinante. El traslado de la ciudad fue literal, reutilizando todos los elementos disponibles. La nueva ciudad se localizaría ahora junto a una vía de comunicación primordial que comunicaba Caesarugusta (Zaragoza) con Augusta Emerita (Mérida), y de la vía de comunicación con Carthago Nova (Cartagena), y además entre los ríos Henares y el Camamilla en una vega muy fértil y con fácil acceso al agua. Los habitantes de San Juan del Viso abandonarían la ciudad paulatinamente, quedando prácticamente desocupada hacia los años 60-70 d.C. 

    Complutum está situada a 31 Km. de Madrid. Se supone que su nombre deriva de compluvium o confluencia de aguas. No fue un asentamiento militar; ya que cuando se fundó la zona ya estaba pacificada. La ciudad se enriqueció gracias al comercio terrestre, además de por la agricultura y ganadería que había en la zona de la Meseta Central. Hacia el año 74 d.C., el emperador Vespasiano le otorgó el título de municipium, con el que llegó a su apogeo en el siglo III. Esta fecha marcó el comienzo de grandes reformas en edificios y calles hasta el siglo V. 

    Es una ciudad donde predominaba el color rojo de sus tejados, el blanco de las fachadas de sus edificios y de los pilares de sus pórticos y el amarillo rojizo de las esculturas de bronce. 

 

VIDA COTIDIANA EN COMPLUTUM

Fotografía propiedad del Ayto. de Alcalá de Henares

    Las grandes culturas de la Antigüedad, y entre ellas la grecorromana, eran un mundo esencialmente urbano. Roma controlaba férreamente algunas cuestiones, pero era muy liberal permitiendo a cada una de ellas administrar sus propios territorios. Las ciudades tenían una especie de Constitución propia, que regulaba muchos aspectos de la vida urbana, y que se escribía y exponía en lugares públicos, en grandes tablas de bronce. Aunque habría muchas fórmulas, es habitual que estuviesen gobernadas por un consejo local (senado, curia…), una serie de magistrados electos y con poder temporal (duunviros, ediles, cuestores…), por lo general cargos anuales, y una asamblea popular. 

    La vida cotidiana de un romano de Complutum era igual que en la de cualquier habitante de las provincias del Imperio. En ella se harán trabajos relacionados con el campo y la ganadería, pero también los propios de la ciudad. 

 

LA FAMILIA 

Ilustración propiedad de Carlos Fernández Castillo

    La familia estaría formada por el pater, la mater familias y los hijos. Lo primero que harían al levantarse por la mañana serían unos rituales de salutación a los lares (los dioses del hogar) para que los protegieran y después del desayuno, el hombre recibiría a sus clientes y amigos en su despacho (oecus) y la mujer hacía tareas del hogar, iba al mercado, se ocupaba de los esclavos e incluso tenía su propio negocio; puesto que las mujeres tenían derecho a poseer su propio establecimiento en la ciudad, sin tener que depender de su marido y esto era igual tanto para patricios como para plebeyos. 

    El patricio, si ocupaba una magistratura, iría a la curia local, que estaría dirigida por un decurión y acudiría al templo a dar una ofrenda o se reunía frente al templo, pues allí, tanto plebeyos como patricios, asistían a presenciar un sacrificio. 

    La vida cotidiana de una familia plebeya era similar a la de un patricio, con la diferencia de que su lugar de trabajo era el campo, que podía ser de su propiedad, o bien ser un artesano, comerciante, un trabajador de las termas, un sacerdote o ayudante de sacerdote. 

    Una familia plebeya viviría en casas modestas que en esta zona de provincia, a diferencia de las de la gran ciudad de Roma, lo más probable es que no fueran pisos o ínsulas, sino casas bajas donde vivía la unidad familiar. 

    Sus gentes se vistieron, calzaron, peinaron y adornaron a la romana. Complutum es, en definitiva, una ciudad donde se piensa, se vive a la romana y que intenta emular a la gran capital: Roma. 

 

LAS DOMUS 

Fotografía propiedad del Ayuntamiento de Alcalá de Henares

    La casa es la célula básica de la sociedad y el símbolo de prestigio, estatus económico, social y cultural de sus moradores. Es el espacio que sirve además de para pernoctar, para vivir confortablemente, sobre todo en las de cierto nivel. La domus es el lugar donde residen los espíritus de los antepasados y los dioses familiares, y donde se realizan actividades políticas, económicas y sociales. En Complutum la arqueología ha documentado varias domus: la “Casa del Atrio”, la “Casa de los Grifos”, la de “Baco”, la de “los Peces”, la de “Cupidos” I y II y la de “Leda”, que reciben su nombre por los emblemas de sus magníficos mosaicos, que hoy están expuestos en el Museo Arqueológico Nacional y en el Arqueológico Regional.

 

Fotografías propiedad del Ayuntamiento de Alcalá de Henares

 

LA CASA DEL ATRIO

    Se construyó hacia el año 50 d.C. y, con algunas modificaciones, pervivió hasta aproximadamente el 400 d.C. Esta vivienda se caracteriza por la presencia de un patio abierto o atrio que sirve para iluminar, ventilar y abastecer de agua a la casa, lo hace a través de una gran abertura en el techo por donde el agua de lluvia caía hasta un depósito de piedra bajo el suelo. La mayoría de las habitaciones se abren a este atrio. Entre las principales están: el vestíbulo, que actúa como un pequeño recibidor en la entrada, el tablinio, una especie de despacho o salita de recepción formal que utilizaba el señor de la casa, el triclinio, que se destinaba al acto social de la cena; otras piezas, como la cocina (sólo la tienen las casas de cierta calidad, y en ellas se hacinan y duermen los esclavos) y algunos cubículos o habitaciones para dormir y hacer la vida. Esta casa se distinguía: por un patio trasero con un suelo característico formado por rectángulos de cerámica colocados formando un dibujo de espiga, un depósito subterráneo de agua con una tapa de piedra para abastecer a la casa y en uno de los lados una bonita fuente adosada a la pared.

Fotografías propiedad del Ayuntamiento de Alcalá de Henares

 

LA CASA DE LOS GRIFOS

    Los arqueólogos que han investigado esta vivienda le han dado su nombre porque en una de las habitaciones aparece pintada una pareja de grifos, seres mitológicos híbridos de águila y león, protectores de los tesoros del dios Apolo. La vivienda cuenta con una pintura mural que se ha conservado gracias al brusco colapso de la casa a causa de un incendio acaecido en el siglo III d.C. Esta domus, de la cual se conserva toda su superficie, fue construida en torno al año 60 d.C. Es una casa privada señorial de una sola familia (domus) del tipo denominado “de peristilo” y que tenía por lo menos 21 estancias. El peristilo era un espacio abierto, donde a veces había un viridarium (jardín), con un pozo, y rodeado por un pórtico con columnas, a este pórtico se abrían casi todas las estancias que se ventilaban e iluminaban gracias al jardín, ya que la casa estaba cerrada a la calle para garantizar la privacidad y evitar los ruidos del exterior y a los ladrones. Era una vivienda lujosa y con muchas comodidades para su época, vidrios para las ventanas, una buena decoración pictórica, jardín, cocina, braseros, habitaciones para reuniones, para comer, para dormir y para estar. Poseía hipocatum (sistema de calefacción por aire caliente). 

    Las paredes de casi todas sus estancias estaban decoradas con pinturas de vivos e intensos colores: rojos, amarillos, negros y blancos para las grandes superficies y ocre, azul, amarillo, verde, rosa, morado, marrón y todas las gradaciones imaginables, para las elaboradas y delicadas ornamentaciones. Destaca la decoración naturalista del peristilo, con la representación de jardines en los pretiles y una gran escena de caza con las figuras a tamaño casi natural. 

    De entre las fuentes de ingresos de sus propietarios, se conocen dos establecimientos comerciales: el macellum o mercado de abastos de la ciudad (o al menos uno de ellos) y un thermopolium, especie de bar de comida rápida.

Fotografías propiedad del Ayuntamiento de Alcalá de Henares y del Sr. Carlos Fernández del Castillo

    En la estancia “U” de la casa de los Grifos aparece un grafito realizado con la punta de un punzón, rascando la pintura y donde se lee “Varia”. Por la altura a la que se encuentra, parece escrito por una niña. Pero además, hay un segundo grafito, donde posiblemente la misma Varia, que se identifica esta vez como filia (hija), había garabateado de nuevo su nombre en una de las paredes que rodeaban el jardín. A partir de esos argumentos, una de las hipótesis que se han planteado para esa estancia “U” es que fuera precisamente el cubículo de una niña llamada Varia, de 9 ó 10 años. 

 

EL FORO 

Fotografías propiedad del Ayuntamiento de Alcalá de Henares

    El Foro estaba situado en la zona central de la ciudad de Complutum, lugar donde se encontraban los edificios con función administrativa, judicial, comercial y religiosa. En Complutum solo ha llegado hasta nosotros parte del Foro, ya que el resto quedó bajo los edificios construidos en los años 70 tras el crecimiento de la ciudad de Alcalá de Henares. Los foros solían sufrir bastantes reformas, ya que eran el escaparate de la prosperidad de sus ciudadanos. En el Foro complutense se distinguen dos periodos constructivos: uno del siglo I d.C. y otro del siglo III d.

Fotografías propiedad del Ayto. Alcalá de Henares

    El Foro del siglo I d. C. se construyó en época del emperador Claudio y contaba con una basílica civil y unas termas públicas, las Termas Norte. Hacia el Sur había una zona comercial porticada que albergaba varias tiendas y talleres artesanales. En la zona más próxima a la plaza del Foro se encontraba el mercado que abastecía de productos a la población. En el último tercio del siglo III d.C. el Foro sufrió una importante reforma, ampliando la basílica y transformando las Termas Norte en una curia (lugar de reunión del gobierno local). El extremo occidental se agrandó con un criptopórtico y una fachada monumental. Por otro lado, la zona comercial porticada se reformó con un nuevo suelo y el lugar que ocupaba el mercado se transformó en una plaza. Junto a ella se construyeron las nuevas termas. 

 

Alcalá de Henares. La Complutum romana (Segunda parte) >>

 

Inauguración de las V Jornadas Madrileñas de Novela Histórica

 


    Como en ediciones anteriores, pero de forma virtual, os damos la bienvenida a la quinta edición de las Jornadas madrileñas de novela histórica que, en esta ocasión, y debido a las restricciones decretadas por el COVID-19, no pueden celebrarse de forma presencial en la Biblioteca Regional de Madrid Joaquín Leguina

    Este evento, organizado por la Asociación Verdeviento y patrocinado por Historia urbana de Madrid, ya consolidado en el ámbito cultural madrileño, hoy se inicia a través de las plataformas digitales para llegar a todos los rincones del mundo con la misma cercanía, calidez y entusiasmo. 

    Para ello contaremos con la participación de importantes autores de novela histórica, periodistas y personas relacionadas con la Literatura y la Historia que aportarán sus conocimientos y su obra. 

    Una gran variedad de contenidos nos permitirá recorrer Madrid desde sus orígenes hasta la actualidad, pasando por sus barrios, sus comercios y el recuerdo a ilustres personalidades que en ella vivieron. Complutum; Mayrit; el Madrid decimonónico, el moderno y el recreado, quedan representados en cinco grandes bloques temáticos repartidos en dos semanas. 

    Madrid resiste con la Historia”, lema de estas jornadas, queda representado en el cartel con tres imágenes emblemáticas de Madrid. Así, un fragmento de la vista panorámica realizada hacia 1562 por Anton van den Wyngaerde, y una fotografía tomada por J. Laurent hacia 1860, simbolizan los orígenes  de Madrid hasta el fascinante siglo XIX. Otra fotografía retrata el Madrid actual y es obra de Julio Millán de Castro, quien la ha cedido para la presente edición. 

    Sin más, con la bellísima vista panorámica fotografiada por Julio, damos por inauguradas las V Jornadas Madrileñas de Novela Histórica. 

 


 

26 de noviembre de 2020

V Jornadas Madrileñas de Novela Histórica (Virtuales)

El próximo día 30 de noviembre de 2020 comienzan las V Jornadas Madrileñas de Novela Histórica con el lema “Madrid resiste con la Historia”. 

 

    La Asociación Verdeviento, que las realiza con la colaboración de la Biblioteca Regional de Madrid, ha programado en este año COVID unas jornadas digitales a través del blog de las Jornadas Madrileñas en donde publicarán entrevistas, artículos y vídeos de novelistas y ensayistas dedicados a la Historia de Madrid, como viene siendo habitual. También este año contarán con firmas invitadas del género histórico nacional.

 

 

    Desde los antecedentes romanos de Madrid (Complutum) que tratará Esperanza Varo (co-autora de Ab urbe condita. La Roma de la gens Valeria), pasando por su etapa medieval con el investigador José Manuel Castellanos hasta llegar al Madrid de los teatros del s. XVII con la amante del rey Felipe IV, la Calderona. Será Elvira Menéndez con su novela Vida de una actriz, la que recreará esos momentos para posteriormente dar un salto al Madrid decimonónico con Un Episodio Nacional de Carlos Mayoral y finalizar en los primeros años el s. XX con las novelas La reina del exilio de Herminia Luque y Los ojos de Galdós de Carolina Molina. 

    En este año de confinamientos y resistencia ciudadana, también habrá una referencia a los barrios más emblemáticos de Madrid. María Pilar Queralt del Hierro que participa con su libro Protagonistas de la Historia, anécdotas y curiosidades con nombre de mujer ofrecerá su visión del emblemático barrio de La Latina asociado a Beatriz Galindo, maestra de la reina Isabel la Católica. Maribel Orgaz, con su libro Mujeres en la Historia de Madrid, ampliará nuestro recuerdo hacia aquellas mujeres que fueron parte de esta ciudad. 

    Víctor Fernández Correas recreará los barrios humildes del Madrid de los años 50 que ambientaron su novela Se llamaba Manuel. Barrios que no dejan de ser pequeños universos con sus tiendas y cafés, lugares de culto de los que hablará en sus artículos el periodista Javier Velasco. 

    Eduardo Valero, cronista de las jornadas, autor de Historia de Madrid en pildoritas, de Benito Pérez Galdós la figura del realismo español, y de la publicación seriada Historia urbana de Madrid, nos sorprenderá una vez más con sus crónicas sobre la Villa y Corte y los madrileños de antaño.

    Las V jornadas contarán con la colaboración del portal literario Todoliteratura, además de la revista Pasar Página dirigida por Almudena Gutiérrez. 

Comenzarán a partir del 30 de noviembre de 2020 y se clausurarán el 10 de diciembre.

 

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