GALDÓS Y EL TEATRO EN PROVINCIAS: Antonio Vico y el desconocido estreno de Realidad en Galicia
VICO Y REALIDAD
En general es poco lo que conocemos de los actores del siglo pasado. Antonio Vico fue considerado como uno de los grandes intérpretes de la época, aunque era muy irregular en sus interpretaciones, de él se decía que era un actor de momentos. Sus actuaciones estaban condicionadas artísticamente por su irregularidad interpretativa y, personalmente, por su inmensa familia y su pésima gestión administrativa. Estas preocupaciones le influían en su forma de interpretar, que en ocasiones rozaba en lo genial y otras en lo anodino. De su trayectoria como actor, de sus múltiples dificultades, de sus actuaciones en distintos teatros madrileños, así como de su compleja relación con Rafael Calvo, da amplia información Carmen Méndez Onrubia en su libro El dramaturgo y los actores.
Rafael Calvo y Antonio Vico representan, en el teatro, la disputa típica de los españoles de la época, incluso en 1882 se crea una revista festivo teatral con el título Chorizos y Polacos, que hacía alusión a los dos bandos partidarios de estos actores, que se enfrentaban en cada representación en la que intervenían sus ídolos.[10] Tenían diferentes modos de actuar; en Rafael Calvo predominaba la espontaneidad, mientras que en Vico era la técnica. D. Antonio "sentía mejor el patetismo de la madurez, los problemas de la conciencia, el dolor del padre, los celos del esposo ultrajado, los desvelos del honor o el arranque del caudillo"[11]
Tras su ruptura con la familia de Calvo, posterior al fallecimiento de éste, Vico formará compañía con su sobrino Antonio Perrín. En 1891, ambos se integrarán con Mario para trabajar en el teatro de la Comedia, momento en el que Dª Emilia se pone en contacto con ellos para proponerles la lectura de Realidad: «cité a mis dos directores de la Comedia, Vico y Mario. Como estaban de ensayos de una comedia miguelechegayaresca [...] tardaron en venir y sólo el lunes tuve el gusto de verles, que gusto es pues son muy simpáticos. Excuso decirte que levantaron al cielo las manos, de placer, y que salieron de mi casa decididos a estudiar el libro a ver si aquéllo es escénico o no es escénico. Y hoy han vuelto entusiasmados (sobre todo Mario) y sin más deseo que el de que te des la mayor prisa posible»[12]
Según se puede constatar por las referencias de Galdós y de Dª Emilia, se pensó en Vico y Mario para efectuar el estreno de Realidad en Madrid, el desacuerdo surgido entre ambos intérpretes impidió que se llevara a cabo el reparto inicial en el que Vico representaba el papel de Orozco; finalmente será Mario y su nueva compañía quien la ponga en escena, sustituyendo a Vico por Miguel Cepillo, aunque los cambios producidos retrasaron el estreno de tal manera que estuvo a punto de posponerse hasta la temporada siguiente, ya que si El Obstáculo de Daudet, que se presentó en la Comedia el sábado 20 de Febrero, hubiera conseguido un éxito proporcional a la fama de su autor, se habría retrasado la representación de Realidad hasta muy cerca de Semana Santa, época que resultaba bastante desfavorable para cualquier estreno.
Pardo Bazán, al hablar de los preparativos del drama galdosiano, incidirá en las dificultades surgidas por la separación de los directores del teatro elegido por Galdós para su iniciación como dramaturgo «Llegado a elegir escenario, decidióse Galdós por el teatro de la Comedia, no porque en otros faltasen actores muy dignos de estimación, sino por la mayor igualdad en el cuadro de compañía y acaso porque el Español parece dedicado especialmente a la trusa, y al drama o comedia de nuestro teatro romántico antiguo y moderno, y en la Princesa dominan el género festivo y el género francés. Entre estos dos opuestos extremos, la Comedia ofrece un terreno neutral, propio para la novedad de la tentativa. No hay que decir si los directores (lo eran entonces Emilio Mario y Antonio Vico) aceptaron gustosos la propuesta. La separación de Vico no dejó de dificultar bastante el futuro reparto de Realidad.»[13]
La compleja relación de Vico con este primer drama galdosiano, originada antes del estreno de la obra continuará en la gira por Galicia, que el actor inicia tras la semana santa de 1892, después de finalizar sus actuaciones en el teatro de la Princesa. El 17 de Abril da su primera representación en el Teatro Principal de Coruña y hasta finales de Julio recorrerá Ferrol, Vigo, Pontevedra, de nuevo Vigo y Santiago de Compostela. En Coruña, Antonio Vico abrirá su temporada con El Alcalde de Zalamea y El sueño dorado, representaciones con las que hizo su debut en todas las ciudades mencionadas, y que constituía una costumbre del actor, como él mismo señalaba en sus Memorias. «...inauguré [...] mis representaciones, obteniendo gran éxito El alcalde de Zalamea, que escogí, como casi siempre hago para mi debut...»[14]
Durante su estancia en Galicia, es posible afirmar que el actor pensaba representar el reciente estreno de Galdós en Madrid, ya que no sólo se pueden localizar referencias a sus intenciones en la carta inédita que aquí se presenta, sino que también se menciona en la prensa gallega la posibilidad del estreno, e igualmente en relación con este tema hay abundantes comentarios en la correspondencia cruzada entre el escritor y Concepción Morell [15], que formaba parte de la compañía de Vico desde que este la había contratado al finalizar en la Comedia.
El 21 de Abril de 1892, recién llegado Vico a Coruña, el periódico LA VOZ DE GALICIA coruñés anunciaba la posible visita de D. Benito a la localidad para asistir al estreno y representación de Realidad, «Parece que el actor D. Antonio Vico, que trabaja actualmente en nuestro Teatro Principal, tiene promesa del gran novelista Pérez Galdós, de que vendrá a la Coruña a presenciar la representación de su celebrado y discutido drama Realidad, recién estrenado en la Corte. Celebramos que así suceda, pues la Coruña no puede menos de considerar como un acontecimiento fausto la presencia en su seno del gran escritor nacional». Aunque no localicé ningún otro comentario en este sentido, durante el mes que duró la estancia de Vico en esta ciudad, Concha Morell en sus cartas desde esta localidad le preguntará en varias ocasiones a Galdós si va a ir o no a Coruña, como se comenta, por lo que es posible que en alguna ocasión más se rumorease la posibilidad de la visita del autor.
En relación con los incidentes de Realidad en Galicia es en extremo curiosa la carta incompleta e inédita de Antonio Vico a Galdós que se encuentra en la Casa Museo y que presento aquí. Esta epístola es contestación a una anterior de Pérez Galdós y debió formar parte de una correspondencia que hoy desconocemos, cruzada durante esos meses de la gira del actor.[16] Fue escrita el 20 de Mayo, desde El Ferrol, donde la compañía teatral, se había trasladado una vez finalizada su estancia en Coruña y con motivo de inaugurar el Teatro Jofre, recién construido y que supuso un acontecimiento, del que quedó amplia constancia en la prensa, no sólo de esta ciudad, sino de otras de Galicia. En esta carta el actor que gozaba de gran fama, aunque no siempre consiguiese llenar los teatros o mantener una entrada adecuada, alude al hecho de no haber estrenado Realidad en Coruña, explicándole al escritor los motivos por los que no ha representado el drama y añadiendo algunos comentarios críticos a la función que se había hecho en Madrid por la Compañía de Mario. En su carta da la sensación de que aún tiene la idea de ponerla en escena y es una muestra más de la vinculación de Antonio Vico con esta obra, que al final nunca representó.
“FERRROL MAYO 20/92SR.D. Benito Pérez Galdós.Mi respetable y cariñoso amigo:Con fecha 19 recibí su grata, que esperaba en contestación a la mía de la Coruña. Allí he dado con regulares ingresos 27 representaciones sin repetir ni una sola, base principal de esta clase de negocios pequeños en provincias. Pero esto mismo me ha obligado a ensayar constantemente dos y tres obras y al principio con dos ensayos de "Realidad" que fueron 3 ó 4 no me quedaba tiempo para las demás.Esto unido a que en conjunto, tenía y sigo teniendo la seguridad de que no iba a salir a mi gusto la obra, y de que en las principales familias de Coruña, se entabló discusión acalorada acerca del realismo del asunto y de un artículo de Zaragoza que se leyó por aquellos días, cuando la hizo Mario, sin obligación, bien a mi pesar, a ponerla en escena allí.Y hoy hecho ya con mi compañía el ensayo de 30 obras que tienen de repertorio, puedo consagrarme exclusivamente a ella, teniendo la seguridad de que no estudiando otra cosa podré dominar las deficiencias de unos y otros, y meterles en la cabeza lo que es hacer "Realidad" en la escena. A primera vista parece sencillo hablar un papel de la índole de los que en su obra hay, pero después se ve que, sin conocimiento de la cosa es muy difícil.- Yo la vi en la Comedia, y me gustó en conjunto mucho -No fue individualmente lo mismo- Excepción hecha de la Guerrero y Tuiller - Los demás hacían alarde de una sencillez que ya era enervamiento.Esta es mi opinión.Las obras modernas hay que darles una entonación que no por ser natural, pierda la intención que el autor se ha propuesto para con el públicoDe agradarme el resultado del conjunto que obtenga mi compª, la pondría en escena ya lo avisaré ”
La lectura de la carta, a pesar de su brevedad, presenta varios puntos de interés al aproximarnos a una compañía teatral del siglo pasado en provincias, que nos permite conocer ciertas dificultades sufridas por la primera obra dramática de Galdós y la polémica que de una u otra forma originó, acercándonos a la problemática del público y a la influencia de éste en el acontecimiento teatral; por último muestra algunas opiniones personales de Antonio Vico sobre la interpretación en la época y sus diferencias conceptuales y personales con Emilio Mario.
En el primer párrafo de su misiva, Vico explica uno de los motivos por los que no había representado Realidad, señalando la falta de ensayos, aunque había realizado algunos que le robaban excesivo tiempo de los preparativos de otras obras de repertorio. Esta afirmación del actor queda corroborada en algunos escritos de Concha Morell que en su primera carta desde Coruña, del 18 de Abril, hace el siguiente comentario: «Se está matando la familia como dicen aquí para que Realidad salga a pedir de boca creo que la harán muy bien, [...] puedo asegurarte que la única obra que ensayan de verdad [...] es la tuya. Vico hará figúrate y los demás también. La Peri es una mujer hermosísima y graciosa. Ven a verla.» Posteriormente el Martes. [26 de Abril], le comenta «se ensaya Realidad pero por los artistas de verdad la Contreras me gusta muchísimo Vico, no se diga, el que hace Viera me gusta mucho también creo que será una cosa digna de verse. Vendrás a verla y verme?» y en la misma carta unos párrafos más adelante le pregunta, incidiendo en la anunciada visita de Galdós «¿Conque vienes si o no? todo el mundo dice que vienes conqué no seas tontillo y ven a ver tu obra.»[17]
Antonio Vico, en el segundo párrafo y de una forma indirecta se refiere a la posible incomprensión del público debido al realismo del asunto, que asustaba a las señoras, y a la polémica suscitada por la cercana puesta en escena en la ciudad de Zaragoza, donde la obra no había sido bien aceptada. Con relación a esto, también encontramos comentarios en las cartas de Concha que le dice unos días antes de que el actor escribiera a Galdós: «De Realidad no te he querido decir nada por que me da rabia de no hacerla pero tal vez tendrá razón D. Antonio cuando teme que por estos pueblos no la entiendan y las señoras se escandalicen» y el 25[Mayo 1892] le dice: «Devuélvote la carta de Don Antonio . No le pido que me deje hacer [...] nada en fin de lo que puedo hacer mejor que algunas, porque veo que aquí desgraciadamente gustan más que nada las piezas de brocha gorda en que suelo tomar parte.»
Después de esto ya no hay ninguna referencia al intento de poner Realidad por parte de Vico, pero si hay algunas nuevas afirmaciones de Concha en relación con este tema, y algunas críticas y explicaciones desde su perspectiva de por qué el actor no la representó. Desde Pontevedra, el 2 de Julio, en una larguísima carta de 9 hojas comentará una conversación mantenida con D. Antonio en la que le había dicho «...he tenido una carta de D. Benito y veo que está disgustado porque V. no ha puesto su obra. Yo le he escrito dos veces hablándole de esto y le he dicho que V. está preocupado y en fin que este público tal vez no la comprendiera. Aún conociendo como él conoce estos pueblos y sabiendo que V. está preocupado yo sé que no le ha sabido bien que V. no haya puesto Realidad...»[20]
Ante la afirmación del actor de la incomprensión del público se bosquejan diversas cuestiones en relación con los espectadores. La pregunta que habría que hacerse aquí -que no tiene respuesta concreta- es si realmente el público no hubiera aceptado esta representación, como indica el director/intérprete y Concha reafirma en alguna de sus cartas, o si Vico no se decidió a romper el programa de obras archisabidas y mil veces representadas que componían su repertorio. Aunque no podamos contestar a esto parte de la respuesta se nos dará por la reacción del público ante la representación ofrecida en Vigo, por la Compañía de Villegas, que fue similar a la de Madrid, aunque no podamos saber si Realidad fue o no motivo de polémica entre la sociedad viguesa, ya que de ello no localicé referencias en la prensa.
Es curioso señalar algunas de las limitaciones impuestas al hecho teatral, acontecimiento más social que artístico en algunos casos, al que se condicionaba con normas no escritas, de las que podrían ser un ejemplo las recomendaciones dadas a Vico por la prensa de Coruña. A los dos días de llegar, desde un periódico se advierte al actor de las costumbres de los coruñeses y se le aconsejaba que no diese representaciones ni los días de fiesta, ni algunos de la semana «La observación no la juzgamos, sin embargo, tan necesaria, tratándose de la compañía del insigne actor como de otra cualquiera, porque aunque sea aquí costumbre no ir al teatro en días determinados de la semana, los lunes y los viernes, para saborear manjares tan deleitables y tan raros como los que ofrece Vico, todos los días son buenos. Así ha de entenderlo el público coruñés…»[21] Pero a pesar de que el periódico considera que el insigne actor, superaría esta costumbre de los gallegos, tres días más tarde, el 20 de Abril, aparecía el siguiente breve: «No hubo ayer tanta concurrencia como en las dos noches anteriores y esto obedece a varias causas que no habremos de mencionar ahora. Únicamente nos permitiremos recomendar a la empresa que no luche contra la costumbre de no dar función los viernes y los lunes. Sería en vano, porque el público en esta población exige esas dos noches de descanso para los actores».
Algo que los coruñeses no debían tener en cuenta era que los componentes de la compañía, para los que exigían esas dos noches de descanso, no cobraban los días que no había representación. Vico aceptó que no hubiera función los viernes, pero siguió representando los lunes, por lo que la prensa le da un nuevo toque de atención «La empresa ha accedido a no dar función los viernes, pero nos parece que perderá el tiempo y el dinero dando función los lunes».[22]
Si en un tema tan intranscendente como decidir los días de actuación de la Compañía, se imponía la opinión del público, como no había de haber injerencias por parte de los espectadores en cuanto a lo que en los escenarios se representaba. En el caso de Galicia y según parece deducirse de los periódicos locales consultados se preferían los juguetes cómicos e intrans-cendentes a las obras más completas y acabadas, si es que alguna del repertorio lo era. Concha escribía desde Vigo esta certera descripción del público y del actor: «Aquí estamos todavía, dicen ahora que nos iremos el lunes. Esto va mal, muy mal. Casi, casi no es extraño que D. Antonio no se ocupe de mí, el pobre señor tiene un familión á su cargo, y como este público no entiende nada de arte, francamente, naturalmente, está muy disgustado. Esta habrá sido la causa de que no haya puesto Realidad, créeme á mí, aquí en Galicia no la entenderían. Por aquí gusta mas la Criatura, Lagartijo, y todas esas latas que lo bueno. Los días, pocos en verdad, que el gran actor trabaja con amore, cuando llora con lágrimas, el público se ríe. Los galleguiñus se vuelven locos en oyendo cantos, los merengazos y las mamarrachadas de Paco Perrín que es un payaso consumado, es lo único que saben apreciar.»[23]
Es posible que estas observaciones generales para el público de Galicia, que necesitarían un estudio más amplio y complejo, sean aplicables a la mayoría de los espectadores de la época. Desde diferentes tribunas son muchas las voces que se elevan contra la degradación del gusto del público que estaba deteriorando el espectáculo teatral, ya que las carteleras de los teatros estaban llenas de trivialidades, había abundancia de traducciones, revistas políticas, dramones naturalistas e incluso algún cronista hablaba de atrevimientos licenciosos[24]. Los autores si se animaban a escribir lo hacían a la ligera «para despachar pronto un juguetillo en un acto que venga a calmar por un momento la voracidad insaciable de este público ahíto de decoraciones, hastiado por el desnudo pornográfico, y ávido sólo de pasar media hora de la noche, por el menos dinero posible»[25] comenta Enrique Sepúlveda al resumir una temporada teatral de unos años antes. El propio Galdós mucho tiempo más tarde se referirá al público, al comentar su alejamiento de la producción teatral «Debo decir que las causas de andar tan desviado de la casa de Talía no fueron la pereza ni los quehaceres que por mis pecados me han traído al retortero; fueron el desaliento y la falta de fe en la virtualidad artística y moral del Teatro en los últimos tiempos. Acordándome de aquéllos en que me dió la mala idea de meterme a dramaturgo, consideraba que por entonces era perfectamente armónica la triada teatral, abrazo feliz de los elementos obra, intérpretes y público. La experiencia me hizo ver después que esta armonía estaba rota; teníamos cómicos excelentes que perfeccionaban cada día sus facultades; teníamos autores de gran mérito, mantenedores de la gloriosa tradición hispana; pero el público se deshacía gradual y rápidamente, desgarrado en jirones. De una parte tiraba la gente adinerada y bien vestida; de otra, la que vive en las inferioridades económicas y quiere someter el Arte a violentas baraturas»[26]
El desconocido estreno de Realidad en Galicia (Parte III) >
NOTAS [10] José Mª López Ruiz. La vida alegre (Hª de las revistas humorísticas, festivas y satíricas publicadas en la Villa y Corte de Madrid. Compañía Literaria. Madrid 1995 [11] Carmen Menéndez Onrubia, El dramaturgo y los actores . Epistolario de Benito Pérez Galdós, María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza. C.S.I.C. Madrid 1984. Pag. 259 [12] Adelina Batllés Garrido.Tres cartas inéditas de Emilia Pardo Bazán . Insula. nº447, pag. 4 [13] Emilia Pardo Bazán. Nuevo Teatro Crítico. Revista de Teatros.Nº 16- Abril 1892 pag.26 [14] Antonio Vico. Mis memorias (Cuarenta años de Cómico) Serrano Editor. Madrid s/a. Pag. 73. [15] Cuando se redactó y publico este artículo aún no se conocían las cartas de Pérez Galdós a Concepción Morell, que adquirió la Casa Museo en 2005, y que posteriormente se publicaron en: Pérez Galdós, Benito: Galdós. Correspondencia. Edición, introducción y notas de Smith, A.; Rodriguez Sanchez, M.A,; Lomask, Laurie. Madrid, Cátedra, 2016. [16] Estas cartas no figuran en la Correspondencia de la Casa Museo, ni en las publicadas por Soledad Ortega [17] Concha Morell. Cartas inéditas. Casa Museo de Pérez Galdós. Las Palmas [18] La representación en Zaragoza tuvo lugar el 17 de Abril 1892, y no fue muy bien recibida como Emilio Mario indica a Galdós en su carta desde Valencia (22.5.1892) “No escribí a Vd. desde Zaragoza dándole cuenta del estreno, por que allí no la entendieron si bien fué respetada por llevar su nombre de Vd., pero no fue defendida ni discutida como aquí" Citado en Soledad Ortega. Cartas a Galdos. Pag. 358. [19] Dada la coincidencia de fechas, es posible que la carta que le devuelve sea la que presentamos aquí. Todas las citas de Concha Morell, corresponden a su epistolario, en gran parte inédito, que está en la Casa Museo de Las Palmas [20] Esta carta escrita con motivo de la representación en Pontevedra de Locura o Santidad, de Echegaray de la que se ocupó toda la prensa, es en extremo interesante para conocer la situación del teatro y las opiniones sobre éste de Concha Morell [21] LA VOZ DE GALICIA Coruña . del 17 de abril de 1892. [22] La Voz de Galicia Coruña del 22 de abril de 1892 [23] Carta Viernes. [17 Junio 1892] Unos días antes le decía a Galdós “No me digas que le pida a D, Antonio que me saque en obras serías, ¿No sabes que estos malditos gallegos no gustan más que de majaderías?”. [24] Hay varias referencias a ciertas representaciones pornográficas, que hacían salir por el «escotillón figuras de mujer que momentos antes han empleado el cuarto numerado del angosto pasillo, no para vestirse, sino para desnudarse» Enrique Sepulveda. Vivir en Madrid 1886 Edición facsímil 1996. Pag.510 [25]Enrique Sepúlveda . Ob. cit. pag. 509. [26]
Opiniones de Galdos hechas al Heraldo en 1910. Citado por Carmen Méndez Onrubia. Opus cit .pag. 215-216 |
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