28 de octubre de 2020

El desconocido estreno de Realidad en Galicia (Parte I)

Este articulo, con el título: GALDÓS Y EL TEATRO EN PROVINCIAS: Antonio Vico y el desconocido estreno de Realidad en Galicia se presentó en el VI Congreso Internacional Galdosiano, celebrado en Las Palmas de Gran Canaria en Junio de 1997.
Y se publicó en el año 2000, con el mismo título: GALDÓS Y EL TEATRO EN PROVINCIAS: Antonio Vico y el desconocido estreno de Realidad en Galicia, en las Actas del VI Congreso Internacional Galdosiano. [Edición Yolanda Arencibia, Mª del Prado Escobar y Rosa Mª Quintana]. (CDR). Las Palmas (pág, 839-855. 
 
En esta ocasión no he modificado el texto inicial. Únicamente he incluido una nota, señalando que cuando se publicó aun no se conocía el Epistolario de Pérez Galdós y, por supuesto aun no se había editado. 

Esta ha sido una de las razones de no tocar absolutamente este texto, que aunque antiguo, creo que aporta notas de interés . 

Mª de los Ángeles Rodríguez Sánchez
Octubre, 2020

 

GALDÓS Y EL TEATRO EN PROVINCIAS: Antonio Vico y el desconocido estreno de Realidad en Galicia

GALDOS Y EL TEATRO

    Cuando nos referimos al teatro no hablamos sólo de una obra literaria o de un espectáculo, sino que nos enfrentamos con un mundo mucho más complejo. El teatro es un arte antiguo, mágico y fugaz en el que se entremezclan múltiples manifestaciones artísticas, literatura, música, pintura, danza, mímica, voz, formas, luz, sonido; todas ellas y muchas otras tienen cabida en el misterioso mundo del teatro, que a pesar de lo efímero de su universo representativo y estético es como un gran caleidoscopio en el que podemos observar la sociedad en la que se crea la obra y para la que ésta es creada. En el estudio de una pieza teatral hay que tener en cuenta las diversas expresiones artísticas, como el texto literario y la puesta en escena, pero también un sinfín de elementos que la rodean, condicionan y que, a la vez, permiten conocer el entramado en que esa representación escénica ve la luz. De esa variedad de factores a considerar en una creación teatral, los más esenciales para su representación y evolución, aparte del texto literario, son el autor, los actores, la crítica y el público. 

    En las últimas décadas del siglo pasado en España preocupaba profundamente la polémica situación de nuestra escena sobre todo si se comparaba el decadente estado del teatro en nuestro país con las innovaciones y aportaciones que se estaban produciendo en la dramaturgia europea. En los análisis que se hacían desde diversas perspectivas, creativas, culturales o periodísticas, es fácil encontrar múltiples referencias, a todos los elementos mencionados y a su influencia en el desarrollo y transformación del hecho escénico 

    La obra teatral de D. Benito Pérez Galdós está menos estudiada que otros aspectos de su importante labor literaria, y sin embargo considero que su dramaturgia supone un referente innovador e imprescindible en la evolución del teatro y de los autores posteriores y que sus aportaciones a este género son fundamentales para comprender la literatura y la sociedad de finales del siglo pasado. El escritor estuvo siempre interesado por el espectáculo teatral y en todo lo que a él concernía: el texto y sus repercusiones formativas y renovadoras, los actores que debían intervenir en las representaciones, las obras que se hacían dentro y fuera de nuestras fronteras y el eco que éstas tenían en los espectadores. En definitiva, todo aquello que tuviera que ver con este hecho cultural no escapaba a la atención del autor. 

    Este interés hacia el mundo teatral en su conjunto se observa en lugares tan diversos como su producción dramática, en algunos de sus textos (prólogos, artículos, etc.), o en su correspondencia, tanto en la mantenida con directores, actores y actrices, como en la que cruzó con diversos amigos, en cuyas cartas se puede comprobar cómo Galdós seguía con interés las novedades que surgían en las carteleras nacionales y extranjeras, y era informado de ello por estos jóvenes corresponsales, cuando se encontraba alejado de la capital o cuando alguno de ellos viajaba por ciudades europeas. 

    En sus Memorias de un desmemoriado, Galdós cuenta, pasados más de veinte años, cómo, aún estando inmerso en la creación de varias novelas, sintió deseos de salir "del círculo estrecho de la literatura novelesca para probar fortuna en el arte teatral", pero al evocar sus recuerdos no sólo aporta información de sus inicios como dramaturgo, sino que narra con detalle, los cambios producidos entre los actores del Teatro de la Comedia, donde decidió que se llevara a cabo el estreno de su primer drama. 

«Los cómicos de España, como en todas partes, van y vienen de unas compañías a otras. En la Comedia estaba Vico muy considerado y bienquisto y de la noche a la mañana se marchó con su sobrino Antonio Perrín. Tras él se fue Carmen Cobeña. Apenas separados dividieronse nuevamente. Pasados no sé cuantos meses, Vico y su sobrino estrenaban con María Tubau, el drama de Sardou, Thermidor y la Cobeña se agregó a la compañía de Ricardo Calvo y Donato Jiménez, que al poco tiempo apareció en el Principal de Valencia. Mario, ansioso de llenar prontamente el vacío que aquellos artistas dejaron en su teatro, trajo a María Guerrero, cuyo precoz talento se había manifestado en diferentes obras y singularmente en la Doña Inés, del Tenorio, y a Miguel Cepillo, actor ya consagrado por sus extraordinarias cualidades. A estos valiosos elementos añadió un joven todavía desconocido, Emilio Thuillier que no tardó en adquirir celebridad. Con estas figuras y las que ya tenía inauguró Mario, felizmente su temporada en el otoño del 91, anunciando entre otros estrenos, el de Realidad»[1]

    También cuenta en estas Memorias cómo Mario le pidió Realidad, ya que el director del teatro de la Comedia, había oído que la novela podía pasar a ser drama, motivo por el que como empresario y amigo, suplicaba al escritor que finalizase de dar forma escénica a la conocida novela. Aquí Galdós olvida señalar, seguramente de forma intencionada, dada la reserva con que siempre trató sus asuntos particulares, la participación que en este asunto tuvo Dª Emilia Pardo Bazán; intervención que queda patente en las cartas que la escritora gallega dirigió a D. Benito, y que fueron publicadas en Ínsula, por Adelina Batllés Garrido. Estas cartas aportan diversos datos de interés para conocer el proceso de gestación y los primeros pasos seguidos para convertir las novelas La incógnita y Realidad, en el drama Realidad, que sin duda como Dª Emilia esperaba y comentó en diversas ocasiones, se convirtió en el acontecimiento teatral de la temporada.

    En la última de estas tres cartas Dª Emilia, como comisión a sus gestiones, le pide autorización al autor para ser ella quien anuncie la primicia del estreno en su revista Nuevo Teatro Crítico, de Enero de 1892, y así lo hace aprovechando la noticia de la incorporación de Galdós a ese complicado ámbito para, de forma resumida, analizar lo que supone la figura del novelista en el teatro de la época: «...cualquiera comprende que la aparición de Galdós en los carteles no es el advenimiento de un dramaturgo más, sino el de una nueva dirección dramática, que puede modificar nuestra vida escénica, romper troqueles caducos, influir á la vez en autores, actores y espectadores y fundir en una misma aspiración dos géneros que hasta hoy parecían irreconciliables, la novela y el drama [...] por ese camino se ha de ir para lograr infundir espíritus vitales a nuestra desmayada escena, y procurar (dentro de los límites de lo posible y lo justo) inocularle el amor a la verdad...»[2] 

    Emilia Pardo Bazán señalaba también algunos motivos que pudieron incidir en Galdós para convertirse en autor teatral mencionando móviles personales como probar sus fuerzas en una tarea nueva y estrictamente literaria, pero remarcando el empeño renovador del escritor canario y la importancia de su cooperación en un género que habiendo sido parte fundamental de nuestra gloria literaria, en esos días estaba en decadencia «Aún comprendiendo que todavía sostiene la honra de la literatura dramática algún nombre ilustre y algún generoso esfuerzo, no pudo creer Galdós que su cooperación fuese inoportuna.»[3] 

    Tras diversas vicisitudes, el 15 de Marzo de 1892, en el Teatro de la Comedia de Madrid tiene lugar la representación del drama Realidad. El paso dado por Galdós de novelista a dramaturgo originó diversas controversias y el estreno de Realidad fue polémico, tanto por ser el autor un novelista de éxito que intenta desarrollar otro campo de actividad, como por el tema central de la obra, un adulterio, que provocó múltiples reacciones negativas, al no ser tratado desde los presupuestos habituales del honor, sino desde una perspectiva completamente distinta. Este enfoque diferente haría exclamar a un crítico que el adulterio era «brutal» y la adultera «repugnante». La obra se mantuvo en cartel desde el 15 de Marzo hasta el 6 de Abril, que finalizó sus representaciones con el beneficio a Pérez Galdós. Durante este periodo algunos días se dieron dos funciones de la obra, y en todos ellos se representó el drama galdosiano.

El Imparcial. Madrid, 16 de marzo de 1892

    Tanto las críticas a la producción dramática como a las interpretaciones de los actores son variadas en la prensa de la época, pero interesantes, sobre todo para conocer cómo se desarrolló y qué impacto tuvo esta obra en su momento, ya que el estreno fue todo un acontecimiento del que los periódicos informaron abundantemente, comentando desde los detalles fundamentales, o los considerados como tales, hasta las pequeñas anécdotas que tuvieron lugar en relación con el estreno, como el alto precio alcanzado por las localidades, que fue comentado en diversos periódicos, aunque a pesar de su elevado coste, Dª Emilia comentaba que contra lo que algunos temían, «el público no llevó a mal la subida de precios de las localidades en la primera noche».[4] Don Quijote, periódico satírico fundado ese mismo año, publicaría un irónico comentario el 10 de Abril señalando que la empresa de la Comedia valoraba «el mérito de los autores, prejuzgando las obras y expidiendo desde la contaduría patentes de genio. Cuando se estrenó Realidad las butacas costaban 15 pesetas.[5] Ahora se ha estrenado la comedia de Echegaray Sic vos nom vobis y ha fijado en 10 pesetas el precio de dichas localidades. Corolario: La empresa cree que Echegaray tiene cinco pesetas menos de talento que Pérez Galdós» 

    La opinión de los críticos ante el autor dramático Galdós es diversa, unos ensalzan su valor literario, otros, aún reconociendo su talento como novelista, enjuician negativamente su labor de dramaturgo; los hay que pondrán en duda ambas facetas, aunque la mayoría de ellos en sus reseñas reconocerán que, a lo largo de la noche del estreno, a Galdós se le tributaron varias ovaciones, que algunos articulistas atribuyen más a un reconocimiento por gran parte de público, a su labor como novelista que a su nueva y recién estrenada faceta de dramaturgo, aunque todos sin excepción han de coincidir en la gran ovación que se le tributó al autor. Al finalizar, el público reclamó a Pérez Galdós, a pesar de su modestia, en el escenario para darle la «ovación más frenética, delirante y prolongada que hemos presenciado desde los tiempos del Nudo Gordiano»[6]

    Emilia Pardo Bazán en su extenso trabajo sobre esta obra, publicado en NUEVO TEATRO CRITICO, analiza la opinión de la prensa y resume perfectamente la situación que se produjo ante el estreno de Realidad, obra que supuso un revulsivo para el público de la época. Esta polémica situación se refleja en los diarios, motivo por el cual la crítica periodística del momento se convierte en el eco de las opiniones contradictorias que Dª Emilia señalaba ya se habían expresado enérgicamente «durante los entreactos, en pasillos, antepalcos, saloncillo y cuartos de los actores. Lo que ha decir al otro día la prensa, ya zumba en la atmósfera del teatro la noche del estreno, y puede inferirse de las caras dilatadas o contraídas, de las miradas gozosas o fieras, de las voces, de las exclamaciones, hasta del movimiento nervioso con que un periodista se cala la chistera o empuña el bastón»[7] 
 
    En los dictámenes críticos no sólo pesaba la personalidad del novelista y su relación con ambas formas de expresión -novela y drama-, sino que gran parte de la polémica surgió, como ya he comentado, por el tratamiento dado al tema de la obra, a su argumento, a sus personajes y a su conclusión. Uno de los juicios más negativos lo emitió el periodista del PAIS que censuraba duramente a la adúltera y al adulterio, si bien consideraba que la escena en casa de la Peri estuvo bien resuelta por el escritor a pesar de lo escabroso del tema; también señalaba que «las escenas todas del primer acto son larguísimas, frías, filosóficas, llenas de ciencia y de discreteos que el público oyó resignado. Es posible que un público alemán, bebedor de cerveza encontrara muy simpático este acto»[8]... Sin perjuicio de sus aseveraciones, esencialmente morales, reconoce que el drama está muy bien escrito, si bien el famoso novelista resulta «en este primer ensayo autor dramático de escasas aptitudes». Pese a este y algún otro juicio similar el drama de Galdós fue el acontecimiento literario y teatral de la temporada. 
 
    Para Galdós, según recuerda desmemoriadamente en sus memorias, el estreno fue una noche inolvidable, en la que asistió a la representación entre bastidores, con completa tranquilidad, ya que entonces ignoraba los peligros del teatro y comentaba que fue el éxito de Realidad, el que le llevaría a reincidir en nuevas tentativas teatrales. Habla muy bien de los actores y nada dice de los críticos, salvo que con su obra fueron benévolos y corteses, aunque añade «Cada cual dijo lo que dictaba la conveniencia del momento. Entre las diversas críticas no hubo ninguna que profundizase en el asunto y caracteres del drama juzgado. Todas cayeron en el olvido antes que la obra. La crítica de las obras de teatro en España no ha coincidido todavía con el nacimiento de las obras. Las que contra viento y marea sobreviven veinte o más años a su estreno son las que pueden obtener una sanción relativamente duradera»[9]
 
 
El desconocido estreno de Realidad en Galicia (Parte II) >
 
 
NOTAS
 
[1] Benito Pérez Galdós. Memorias de un desmemoriado OC Miscelanea., pag. 1458-59.
[2] Emilia Pardo Bazán. Nuevo Teatro Crítico. Revista de Teatros.Nº 13 - Enero 1892 pag. 94-95. 
[3] Emilia Pardo Bazán. Nuevo Teatro Crítico. Revista de Teatros.Nº 16 -Abril 1892 pag.22. 
[4] Emilia Pardo Bazán. Nuevo Teatro Crítico. Revista de Teatros.Nº 16- Abril 1892 pag.29. 
[5] En Blanco y Negr , se publicó que habían costado 25.-Ptas. A. CORZUELO, el 20 de Marzo, no hace una crítica a la obra, a su temática, a su interpetación o su calidad literaria, sino que comenta el precio de las butacas.«¡Cinco duros! ¡¡Veinticinco pesetas!! ¡¡¡Cien reales!!!». 
[6] El Licenciado Amaniel (Federico Urrechea). El Imparcial. 16.3.1892 
[7] Emilia Pardo Bazán. Nuevo Teatro Crítico. Revista de Teatros.Nº 16 - Abril 1892 pag.39 
[8] En esta opinión hay una clara referencia al teatro que se estaba haciendo en Europa y que aquí no parecía interesar ni a críticos ni a público en general.
[9] Benito Pérez Galdós. Ob. Cit. OC:pag. 1459-60




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