28 de octubre de 2020

El desconocido estreno de Realidad en Galicia (Parte III)

 

ESTRENO DE REALIDAD EN VIGO POR LA COMPAÑIA DE E.VILLEGAS 

 

Retrato de Galdós publicado en La Libertad del 16 de marzo de 1892

 

    Las reticencias que se planteó Vico para llevar a la escena el primer drama de Galdós, no las tendría Emilio Villegas[27], que ya el 19 de Abril anuncia en los periódicos de Vigo el estreno de Realidad, que se pondría en escena el 25 de Abril, es decir, que casi un mes antes de la carta de Antonio Vico a Galdós; Villegas con su compañía había representado la obra en la ciudad de Vigo, estando aún muy reciente su estreno en Madrid. En relación con esta función, muchas son las preguntas que se plantean y para las que de momento no hay respuestas precisas, como la relativa a la obtención del texto por parte de Villegas, cómo puso en escena la obra sin autorización del autor ni de los actores que tenían permiso para representarla, o si tuvieron conocimiento de este hecho Galdós o Vico. 

    Posiblemente sea esta una de las primeras representaciones de Realidad en provincias, tan sólo unos días después de que Mario la pusiera en Zaragoza, y estando muy reciente su estreno en Madrid. Alguna crítica de Vigo se inicia señalando lo “reciente [que] está su estreno en el teatro de la Comedia. Hallase aún pendiente y abierta la discusión sobre la obra”[28]. He localizado tres diferentes periódicos en Vigo, que hacen referencia a la puesta en escena de Realidad y cuyas críticas no coinciden en algunos de los datos señalados, y aportan algunas notas de interés. 

    En El Independiente, del 26 de Abril, nº 1814 sólo dedican a este acontecimiento teatral las siguientes cuatro líneas: «TEATRO-CIRCO: Verificóse anoche la despedida de la compañía del Sr. Villegas, con estreno del drama del Sr. Pérez Galdós, titulado Realidad. El teatro estaba animadísimo y los actores recibieron muchos y merecidos aplausos»[29] 

    En La Concordia, de la misma fecha, destinan a la representación una columna que carece de firma. Bajo el epígrafe El drama de Galdós, se comenta el estreno de Realidad, por la Compañía de Villegas. Esta crítica es bastante llamativa ya que la mayor parte de su texto es una reproducción de algunos de los comentarios publicados por Emilia Pardo Bazán en su artículo sobre Realidad[30]. El argumento de la obra es presentado así: “Una mujer casada que tiene un amante y que sobre verle a solas le dedica frases de ternura y le habla de cerca con cierta expansión... es lo inaudito en materia de inmoralidad. La sociedad y la familia no podrán resistir este golpe de piqueta, asestado contra sus mismos cimientos . Y añaden los moralistas: Ay de mi, si yo hubiese traído aquí a mis hijas[31]

    Este pasaje, que extracta de manera simple y superficial el argumento del drama y que expresa una opinión negativa del contenido del mismo, está copiado de Emilia Pardo Bazán, sacado de contexto y totalmente tergiversado. En su crónica Dª Emilia fustiga con ironía y mordacidad la doble moral burguesa y la hipocresía social del momento. Para ello utiliza un ficticio diálogo de moralistas, varón y hembra, oído por ella durante el segundo acto. A la señora le repugnaban mucho las primeras escenas «En su opinión, el autor podía haber sacado a la escena a la Peri..., siempre que la Peri hablase sin descoco, muy por lo fino, y siempre que ningún detalle revelase al espectador que nos encontrábamos en casa de una pájara tal». La conversación continúa manifestando la típica doble moral de la burguesía de la época, para ignorar aquello que no se quiere ver. Al caballero le desatinaba del segundo acto que una mujer casada tenga un amante, que le vea a solas, que le diga ternezas. La sociedad y la familia no podían resistir tal desvergüenza. Concluía diciendo que menos mal que tal obra no la veían sus candorosas hijas. Con mordacidad Pardo Bazán habla de las obras que estas jóvenes candorosas vieron en los días sucesivos, como Edgar, los Hugonotes, La Traviata... «Abrazos y besuqueos no faltaban en todas estas óperas; pero, ¡qué diantre!, en italiano, que no es lo mismo.», y también señala, con ironía que este serio moralizador que lanza sus diatribas contra la inmoral obra de Galdós, a eso de las once abandona el Casino, para echarse un parrafillo con la Peri ya que «hasta cerca de la una no se acaba el Real, y aun tendrá tiempo de recoger, con el landó, a la señora y las niñas...»,[32]

    El texto utilizado por el comentarista vigués de la Concordia, es el pensamiento del caballero sermoneador retratado por Emilia Pardo Bazán, que al sacarlo de contexto pierde evidentemente su ironía. En esta ocasión el afanoso copista, utilizó la tijera para desvirtuar la crítica y hacer un resumen equívoco del contenido de la obra, ya que lo que parece evidente es que a él le disgusta lo mismo que al caballero retratado por la escritora gallega.. Por último el articulista recoge la actitud del público ante Realidad: «La impresión que esta obra produjo en el público vigués ha sido fría. El auditorio escuchaba en silencio aquellos actos y escenas escritas en tan hermosa prosa. Ni un solo aplauso resonó en la sala. A la una y cuarto de la madrugada terminó el espectáculo» La crónica finaliza refiriéndose a la ejecución «falta de ensayos. Sólo el Sr. Villegas y la Sra. Luna merecen elogios.» 

    En El Faro de Vigo, del 26 de Abril, en la columna de Espectáculos, también sin firma se recoge este estreno del Teatro Tamberlick y en ella encontramos ecos de la crítica madrileña, como en lo relativo a la longitud de la obra y en el discutido enfrentamiento novela-drama. El cronista comienza señalando la dificultad de trasladar personajes y escenas del amplio marco de la novela al estrecho recinto de la escena[33]. En cuanto al tema del adulterio opina que «puede asegurarse que está resuelto con alto sentido filosófico y de modo original y grandioso. El insigne novelista se separa un tanto, es cierto, del convencionalismo antiguo, en momentos se nos presenta como un verdadero naturalista, en otras figúrasenos un consumado discípulo de la escuela melodramática». A pesar de ello, señala que no existe en su obra la formula del arte dramático buscada para lograr nuevos caminos. 

    Añade que la importancia de esta producción teatral se revela en las primeras escenas del último acto, ya que los cuatro primeros son de carácter expositivo que, pese a que contienen pensamientos bellísimos no concentran la atención y el interés del publico, con la fuerza que conseguirá en el cuarto. Según este comentarista, el personaje principal de la obra, Orozco, definido como ser extraordinario, no sufre menoscabo en su fisonomía moral, al pasar de la novela al drama, si bien no ocurre lo mismo con el resto de los personajes que «perdieron mucho de su vigor», aunque «los caracteres, sin embargo, están trazados con realidad». 

    En esta crítica no se polemiza excesivamente sobre el argumento; se remarca la belleza de los diálogos y se incide en la longitud de la obra, estando de acuerdo el público «en que el aplaudido autor de Gloria y Dª Perfecta debiera haber recortado algunas escenas para que su representación terminase antes de la una de la noche»[34]. En cuanto a la interpretación: «Nada diremos de la ejecución. La obra resulta superior a la factura de la compañía. No existe verdadera proporción entre las dos entidades. El drama adolecía además de falta de ensayos. No es posible llevar a la escena esta clase de producciones sin espacio y tiempo». Este periódico no aporta ningún comentario en cuanto a la reacción del público: fría o aplausos, señalada en los otros diarios. 

    Con esta aproximación a los incidentes sufridos en los escenarios de Galicia por la primera producción dramática de Galdós y la compleja relación de la misma y Antonio Vico, he pretendido reconstruir un fresco que presente el entramado social e histórico que sirve de fondo al hecho artístico y literario, así como acercarme a esos múltiples elementos ajenos al texto que condicionan el desarrollo de una obra teatral, y señalar como estos factores: actores, crítica y público condicionaron el desarrollo de Realidad, que en oposición a muchos críticos de la época, opino significó un inicio de renovación de lo que se podía ver en nuestros escenarios. 

    La incorporación de Galdós al teatro revitalizó la escena española en los últimos años del pasado siglo y abrió nuevos caminos para los autores posteriores como muchos de ellos reconocieron. También he querido mostrar que D. Benito y su obra dramática, influyeron en diferentes aspectos del arte escénico y en los actores, sacando al público y a los críticos de la rutina y la apatía general en que discurría el teatro en aquellos años, por lo que para finalizar utilizaré unas palabras de Dª Emilia dirigidas al autor dramático Pérez Galdós «¡Venturosos los autores que consiguen desencadenar borrascas, arrancando de su dormilona indiferencia al público y de su complaciente escepticismo a los que dan forma escrita a la opinión». 

 

 Mª de los Ángeles Rodríguez Sánchez
Madrid, octubre de 2020
 


NOTAS
 
[27] Poco he localizado sobre este actor. Su compañía, similar a la de Vico, en cuanto a número de componentes, y muy dispar en las obras representadas, recorrió diversas ciudades y otras localidades importantes durante aquella primavera y verano de 1892. Los diferentes lugares que visitó solo podemos conocerlos a través de la prensa, lo cual dificulta aun más el análisis, dada la dispersión de los periódicos, e incluso su desaparición en muchos casos.
[28] La Concordia. Vigo. 26 Abril 1892.  
[29] Esta afirmación de que los actores recibieron muchos y merecidos aplausos, contrasta con la noticia dada por La Concordia, donde se dice: “Ni un solo aplauso resonó en la sala”. Para nosotros alejados espectadores de una época, es difícil dilucidar que versión es la más cercana a la realidad. 4 
[30] Después de señalar que ha tenido lugar en Vigo, la representación del reciente estreno verificado en Madrid, el comentarista menciona unas opiniones que Emilia Pardo Bazan ha consignado aunque lo que hace es copiar literalmente algunos textos de la escritora que corresponden a su publicación en el Nuevo Teatro Crítico, pag. 63-64. El párrafo siguiente del articulista es igual a un comentario en NTC. pag-. 35 , y el resumen del argumento, es una manipulación de un comentario de Dª Emilia, de la pag. 36. 
[31] El texto completo de Dª Emilia, que a ella le sirve para ironizar sobre la hipocresía social es el siguiente: “En cuanto al caballero, lo que le desatinaba era el segundo cuadro del acto. Vamos que aquello era el acabose. Una mujer casada que tiene un amante; y que sobre tenerle le ve a solas le dedica frases de ternura y le habla de cerca, con cierta expansión...es lo inaudito en materia de inmoralidad. La sociedad y la familia no podrán resistir este golpe de piqueta, asestado contra sus mismos cimientos . Y el moralista añadía parodiando sin saberlo la celebre frase del proceso contra Flaubert: Ay de mi si yo hubiese traído aquí a mis candorosas hijas!”. Nuevo Teatro Crítico.op. cit.. pag. 36. 
[32] Todos los textos utilizados aquí corresponden a E.Pardo Bazan, Nuevo Teatro Crítico,.op.cit. Pag. 35.-38. 
[33] En la misma línea de este comentario, se habían hecho varios en las críticas del estreno en Madrid., y plantea un tema que en la actualidad tendría su paralelismo en la polémica novela-cine. 
[34] La longitud del drama y la tardía salida del teatro cerca de la una de la madrugada, también fue reiteradamente señalada en la prensa de Madrid.





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